Preparar café con sifón es toda una experiencia digna de un laboratorio, pero al mismo tiempo, es como recrear una tradición centenaria con un toque moderno. Te transporta a otra época: imagina una elegante cafetería en Bogotá de los años 30, donde un barista con bata blanca sorprende a sus clientes con este método casi teatral. El sifón, con sus dos recipientes de vidrio y su llama danzante, extrae el café de forma suave y limpia, produciendo una infusión clara y aromática. Cada paso en la preparación se siente como un pequeño espectáculo: el agua que sube, el café que “flota” mientras se infusiona, y luego ese mágico retorno del líquido convertido en café. El resultado en tu taza es puro arte: una expresión delicada de los granos colombianos, con sabores complejos pero balanceados, y una claridad que deja brillar hasta el matiz más sutil.
Qué necesitas